Sesión VII. Creatividad

¿Alguna vez te has preguntado…

…si la creatividad sigue siendo la cualidad única e indistinguible del ser humano? ¿Qué es la creatividad? ¿Tiene un proceso? ¿Y hasta qué punto ese proceso se distingue de la copia? Y si no se distingue mucho, ¿la inteligencia artificial generativa es creativa?

Al fin y al cabo, la han llamado “generativa”, no “creativa”… ¿Crees que esa distinción es intencional?

El proyecto «The Next Rembrandt» es del 2016, ¡¡2016!! 7 años! ¡Pero si eso es perditecnia! Lo hacían por fuerza bruta, con análisis de datos y demás. Algo obsoleto. Hoy tenemos a Midjourney y a Dall-E ganando premios de fotografía, y tenemos los temazos de Drake y el nuevo disco de Oasis, y resulta que VCCP ha lanzado faith, una agencia creativa para explorar y potenciar el lado creativo de la IA.

Habíamos pensado que la creatividad era el último refugio de la inteligencia humana, pero los algoritmos pueden quitarnos los premios además de quitarnos los trabajos. Hay estudios que apuntan que la tasa de sustitución de tu peluquero es menor que la de un Director Creativo.

¿Pero no decíamos que la creatividad era Lo Humano?

Diálogo de los Maestros

Esta vez nos saltaremos de nuevo la Chatham House Rule y publicaremos íntegro el debate que moderó David Criado con Jordi Claramonte, doctor en filosofía, ensayista y profesor de Teoría del Arte y Estética en la Facultad de Filosofía de la UNED; Luis Villa, referente del diseño estratégico; y Luisa Ordoñez, artista visual que explora la relación entre territorio e identidad, y estrategias para cuestionar las formas hegemónicas de producción de conocimiento.

Pregunta: Empezamos, si os parece, por intentar definir qué es la creatividad y cuál es su papel.

Jordi: Me gusta empezar por coger la palabra, y ver qué se encuentra. Etimológicamente, creatividad viene de crear, y crear viene del latín, creare. La creación como tal era algo restringido a los dioses. Los humanos recreaban o reutilizaban. En ese sentido, tenía que ver con lo que copiamos, porque nadie crea de la nada. Sólo los dioses. Los humanos lo hacemos a partir de patrones que ya existen, porque eso es lo que entendemos. Por ejemplo, el lenguaje. Las palabras que usamos ya existen, no podemos estar inventando palabras nuevas constantemente, porque si no, no nos entenderíamos. Y esto está muy relacionado con la IA.

Luisa: Es verdad que no se crea de la nada. Para mí la creatividad es algo inherente para el hombre, está presente en todo momento. A veces se habla de la creatividad como un capital simbólico, limitado y acotado a ciertas personas, cuando en realidad, la creatividad es un terreno que habitamos de forma consciente y cotidiana. Una persona que un día compra una flor y la pone en un florero, está siendo creativa.

Luis: Para mí hay dos elementos interesantes que añadir, uno es el de la intuición, otro el de la destrucción. Un origen habitual para la creatividad es la necesidad de destruir algo, deshacer algo que está mal y desmontarlo para hacerlo de nuevo, bien. Es un escenario habitual, algo que a mi me han pedido muchas veces en mi carrera profesional.

Otro es el de la intuición, el saber por qué camino ir. Me gusta ver la creatividad como una exploración, una búsqueda del equilibrio entre “intuición” contra “sentido”. A veces tengo la sensación de ir abriendo un camino por la selva, explorando, y cuando miro atrás veo los palacios que han construido en el camino que he abierto. Y pienso, ¿por qué esos palacios no son para mí? Pero luego me doy la vuelta y sigo explorando.

Y al hilo de lo que comentaba Luisa, es cierto. En el mundo de la empresa, hay un problema y es ver qué hacemos para que las personas se quiten sus máscaras de profesionales y dejen ver a las personas que hay detrás. Es un reto sacar el lado creativo de las personas que no se sienten creativas.

Pregunta: Vamos a volver a la figura del “dios” como creador. Douglas McGregor propone en “El lado humano de las organizaciones” dos teorías de gestión de personas. La teoría X es una visión constrictiva de los empleados, que son personas irresponsables que requieren supervisión constante. La teoría Y en cambio es una visión delegativa de los empleados y su capacidad para motivarse e implicarse en su trabajo, lo que los convierte en personas creativas. ¿Hay personas X y personas Y? ¿O todos realmente podemos ser creativos?

Jordi: En la filosofía de la Grecia clásica, hay dos conceptos que explican la creatividad. El primero es la mímesis, que tiene muchos significados, algunos tienen que ver con el reflejo y la imitación. Es decir, con la recreación, con repetir lo que ha salido bien. Repetimos las cosas que funcionan porque si no, la lías. El cereal se planta en otoño, y si lo plantas en verano o en invierno, pues entonces no sale. Pero inevitablemente, durante esas repeticiones pueden ocurrir variaciones, de forma intencional o por error. Y esas variaciones dan lugar a nuevos resultados, a cosas nuevas.

El segundo concepto es el de poiesis, que tiene el significado de la creación y de la producción. La poiesis es el paso del no-ser al ser. Y aquí es donde volvemos a retomar la idea de los patrones. Creamos o producimos siguiendo patrones, combinándolos o modificándolos.

Sin embargo, que haya estas dos visiones de mímesis y poiesis no significa que una sea mejor que la otra, que sean excluyentes o que no se puedan combinar. Todos tenemos capacidad de hacer mímesis y de hacer poiesis.

Luis: Lo que pasa es que en el mundo profesional clasificamos y catalogamos a las personas, como si fueran herramientas. Se les asigna una función, tú eres un tornillo, tú eres una llave inglesa, etc. Todo eso acaba en una hoja Excel. Es en esa clasificación donde se determina quién puede o quién no puede ser creativo. Al convertir a las personas en funciones, pierden su propósito. Porque sinceramente, es dudoso que alguien quiera que su legado sea miles de documentos procesados y bien clasificados.

Luisa: De todas maneras, el contexto de McGregor y lo dice el título del libro, aplica a las organizaciones. Su visión de la creatividad es algo organizacional y capitalizable. Puede que haya creatividad o no en las empresas, pero la creatividad es algo mucho más amplio, la creatividad siempre está presente en la vida privada.

Pregunta: Jordi hablaba de la creatividad a través de patrones. Luisa, te quería preguntar, ¿esos patrones cambian en relación a las culturas con las que se relacionan? ¿Dependen de dónde estés?

Luisa: Hay diferentes actitudes hacia el arte en cada cultura, claro, porque el arte es una manifestación de la sociedad, o de una comunidad. A través del arte se narra una historia, y viendo cómo cambia el arte, podemos ver cómo ha cambiado la sociedad.

Pregunta: Sabéis que estamos ahora en medio de una huelga del sindicato de guionistas en Estados Unidos. Uno de los mensajes que me ha llamado la atención decía que “ChatGPT no tiene traumas infantiles”, no tiene un dolor desde el que poder crear. ¿Puede la inteligencia artificial crear si no siente?

Luis: Desde luego imitar en base a patrones sin duda. En 2015 hubo una primera oleada de preocupación por los robots sustituyendo los trabajos. Había todo tipo de informes y listados. En aquella época había una visión generalizada que decía que la IA no podría afectar a los “trabajos creativos”. Hoy parece que tenemos claro que sí.

Desde luego que el dolor es algo importante en el proceso creativo, al menos para mí. Yo las mejores presentaciones las he hecho el día antes, de madrugada, cuando sentía que no iba a llegar, y que iba a hacer el ridículo. Ahora podría pedirle a ChatGPT que me las preparase a partir de mis patrones.

Muchas veces un diseñador o un creativo considera que sus clientes “no tienen ni puta idea” porque “no entienden su trabajo”. Que crean cosas demasiado elevadas para la capacidad de la persona a la que va dirigida.Y es porque se agarran al proceso, al craft. He hecho las cosas según el proceso, por tanto el resultado tiene que ser bueno.

El trauma puede ayudarte a cambiar de contexto, a usar el patrón en un ámbito inesperado y por tanto sorprendente e incomprensible. Pero el proceso se puede estructurar.

Jordi: Bueno, hay que tener cuidado para no cruzar la línea del “cuñadismo”. Hay cosas que nos pueden parecer una singularidad, y por eso nos pueda faltar mucha información para emitir un juicio. Un “cuñao” no deja de ser alguien que es incapaz de apreciar lo específico de una singularidad, y en lugar de informarse o callarse, habla.

En filosofía hay mucho trabajo ya hecho sobre la “carne” y el “trauma”. Todo tiene su forma de creatividad, hasta la máquina. Hay que tener cuidado con pensar que sólo el ser humano tiene creatividad. Hay que estar atentos a la creatividad de los animales, incluso de hongos y bacterias. Los animales también tienen su forma de creatividad a través de patrones, aprenden y transmiten, y tienen sus propios símbolos.

Pensar que sólo el ser humano puede crear es “cuñadismo”, incluso la forma en que se haga la pregunta puede ser “cuñadista”. La palabra «inteligencia» viene del latín, de “intelligere”, que se compone de “inter” y “legere”. “Legere” significa escoger, coger de aquí y allá. Nos lleva de nuevo a la idea de los repertorios de soluciones, de patrones. Lo que pasa es que los repertorios de soluciones que tiene un ser humano son diferentes de los que tiene un helecho.

Luis: ChatGPT es como un super cuñao, compone y rellena, es peligroso porque no “sabe” de lo que habla.

Jordi: A mí en su día se me ocurrió hacer el “cuñatronic”.

Nota del Moderador: En SNGULAR en su día implementamos un asistente virtual que se llamaba MiCuñao. Representaba a esa especie del cuñao “listillo”, el que siempre encuentra el iPhone más barato, consigue mejor camarote cuando se va de crucero, le regalan las llantas de aleación cuando se compra el coche, etc.

Luisa: Estamos hablando de que el proceso creativo se puede automatizar, lo vemos como algo industrializable, yo reivindico la creatividad íntima. En realidad, aceptamos la idea de los patrones creativos porque estamos muy familiarizados con ellos. El cine, o la industria audiovisual, son un gran ejemplo. Una de las críticas que se hace al cine es la falta de nuevas historias, son todas la misma. la misma narrativa y la misma estética. Nuestro consumo creativo está muy patronizado, Tal vez hay que salir de la fórmula.

Pregunta: Al hilo de los patrones que se repiten una y otra vez, que pueden incluso describirse como en el Monomito, ¿podemos salir de ellos? ¿Podemos crear sin seguir patrones?

Jordi: No. Hay que tener una base compartida. La comunicación se basa precisamente en eso, en que hay un elemento compartido. Si te sales del patrón, entonces corres el riesgo de que el otro se pierda, de que no te entienda, de ahí surge la diferencia de la percepción del valor. Cuando comunicas, necesitas que la gente entienda “de qué va” lo que expresas.

Para los griegos, lo “simbólico” representaban aquellas ideas que todos entendían, por tanto “encajaban”, “unían” porque se entendían. En cambio, lo “diabólico” era lo que separaba o no conectaba. Era la idea de sembrar cereal en invierno, en lugar de en otoño. Los griegos apreciaban lo simbólico por encima de todo.

Luisa: No se crea desde cero, siempre se crea a partir de algo. Y nuestro cerebro viene con sus patrones. Lo que pasa es que vamos recreando los patrones, y olvidamos el referente, de dónde vienen. Es como tener la cáscara pero perder el huevo. Algo tan sencillo como cambiar un elemento de la fórmula es lo que nos hace salir del patrón y ver a dónde lleva.

Volviendo al mundo audiovisual, los patrones están tan institucionalizados, que existe el patrón de cuestionar el patrón. Y lo vemos por ejemplo en las películas de género que ridiculizan el género. No deja de ser el patrón canónico de ridiculizar el patrón canónico.

Luis: Aunque todo sea una combinación de cosas que alguien pensó antes y responda a los mismos patrones, las emociones de quién combina tienen fuerza creativa. La forma en la que ves algo desde el dolor es distinta de cómo la ves desde la alegría. Es verdad que en la economía todo se basa en optimizar los procesos, por eso hemos llegado a un punto en el que optimizamos a las personas.

Pregunta: En el mundo empresarial hemos vivido una aproximación en los últimos años al proceso de diseño aplicado a la innovación, a la organización, a los sistemas, al negocio… La popularización del Pensamiento de Diseño, de la Experiencia de Usuario… ¿todo eso es creatividad o no?

Luis: Yo tengo mi propio framework en el que veo las organizaciones y sus culturas a través de una equivalencia a los estados de la materia. Así hablamos de empresas sólidas cuando tienen procesos muy rígidos y bien establecidos, con estructuras jerárquicas y modelos de comunicación centralizada. Solemos pensar que empresas con alto grado de regulación como bancos o aseguradoras son empresas sólidas. Después hay empresas líquidas, que son flexibles y adaptativas, los roles son fluidos y se fomenta la creatividad y la innovación. Las empresas gaseosas tienen culturas altamente dinámicas, hay una mentalidad de aprendizaje contínuo que se materializa en experimentación constante. IDEO por ejemplo es una empresa gaseosa. Muchas veces las empresas gaseosas son las que tienen que cuestionar a las empresas sólidas, para que cambien. Y luego ya están las empresas plasma, completamente disruptivas y quién sabe si fuente de cuñadismo extremo.

La cultura de diseño puede ser igualmente “sólida”. Todo se puede procedimentar y jerarquizar, y recogerse en manuales, guías y patrones que la gente luego sólo tenga que aplicar. Según en qué parte del modelo estés, o en qué cultura de empresa, tu papel será uno o será otro. Pero el proceso de diseño se puede mecanizar, industrializar y burocratizar.

Jordi: El modelo de los estados de la materia también se usa en ciencias naturales aplicado al estudio de los ecosistemas. Un bosque sólido, por ejemplo, donde todas las especies están en su equilibrio, puede volverse líquido cuando llegan nuevas especies.

Pregunta: Vamos a pasar ahora a hablar de la belleza. ¿Quién diseña las cosas que se aceptan como bellas? ¿La belleza que aborda la tecnología es reduccionista? ¿Consumimos una idea concreta de belleza?

Luisa: Pero por supuesto que sí. Lo estamos viendo en Onlyfans. Es una plataforma que permite a los creadores de contenido conectar directamente con su público. La mayor parte del contenido que se comparte es pornográfico. Hay una cuenta que se ha hecho famosa por utilizar IA para generar mujeres, y deep fakes. Todas estas cuentas tienen un mismo patrón de mujer, destinada para un mismo patrón de consumo. Se estandariza no sólo la belleza, sino también el placer.

Hay que volver a conectar la belleza con la idea de disfrutar haciendo algo. Aunque la IA pueda crear arte y llegue un día en que ninguna persona tenga un trabajo creativo, podremos seguir siendo creativos en nuestra esfera privada. Que la IA pueda hacer algo no quiere decir que vayamos a dejar de querer hacerlo, de ahí nuestra necesidad de transmutar.

Luis: Es un ejemplo de garbage in, garbage out. De momento, lo que el sistema crea por sí mismo está muy condicionado. Hay ciertas construcciones que son bellas porque son estándar. De ahí que haya cierta belleza impostada. Cuando sales del patrón, hay que tener cuidado porque se genera rechazo. Pasó con Manuel Borja-Villel cuando llegó al Reina Sofía, su gestión ha estado permanentemente rodeada de polémica.

Lo que deberíamos pensar es si estamos construyendo un ideal de belleza o de estética sobre la explotación del Tercer Mundo. Facebook tiene regimientos de personas filtrando contenidos para que no nos lleguen, para que no nos “suban” hasta nuestros móviles, porque nos explotaría la cabeza.

¿Todos podemos crear?

Crear es pasar del no-ser al ser, de la nada al ser. Hay por tanto una intencionalidad. Creamos a partir de patrones, que elegimos y combinamos en cualquier faceta de nuestra vida, y lo hacemos de manera diferente según el «ánimo» o el «estado» en el que estamos. Otra cosa diferente es producir.

– LTSF

La etimología de las palabras es peligrosa porque la forma en la que surgen y para qué se usan puede haber cambiado. ¿Qué es crear? Crear es pasar del no-ser al ser, de la nada al ser. Hay por tanto una intencionalidad, sin intencionalidad no se puede crear. Es verdad que a veces los seres humanos despreciamos la capacidad creativa de otros seres biológicos, pensamos que sólo es adaptabilidad.

La etimología es relevante porque nos permite saber si hemos dejado de usar una palabra de la forma en que originalmente se concibió, y en ese cambio también hay algo valioso. Durante mucho tiempo se ha dicho que sólo podían crear los dioses y las mujeres.

Hay una versión de la Biblia protestante traducida del portgués que dice que en el principio, “Dios crió los cielos y la tierra”. Podemos pensar que es una mala traducción. Pero en arameo, la palabra es בָּרָא  /barat/, que también significa “emanar”. En muchas tradiciones religiosas, se dice que los dioses “emanan” al hombre, que es otra forma en la que los artistas hablan de sus creaciones.

Otra cosa diferente es “producir”. Que es crear a partir de un modelo. Cambiar cosas que ya existen para hacer que sean otras.

¿Puede crear la IA si no tiene intencionalidad? Desde luego lo que puede hacer es producir, porque es un instrumento.

Respecto al tema de los patrones y los repertorios creativos, es normal que nos venga a la cabeza la frase de “Caminar a hombros de gigantes”, que tantas atribuciones tiene. Todo lo creamos a partir de cómo interpretamos lo que ha hecho otro. En los años 80, la gente compraba libros de fotos como bancos de imágenes sobre las que trabajar.

En el mundo creativo se habla de la creatividad como una solución, cuando más bien parece un proceso de toma de decisión, esto lo quiero, esto no, esto lo cojo, esto lo rechazo. La creatividad aparece cuando nos enfrentamos a un problema y tenemos que ver cómo resolverlo.

Se superponen muchos niveles de creatividad, hay una íntima e individual, y otra empresarial o colectiva.

La íntima es el área de expresión del ser en sí. Nos relacionamos con la realidad y tenemos experiencias, y esas experiencias pueden ser positivas o negativas. Las mejores canciones por ejemplo son de desamor. Y el desamor es una experiencia individual.

Crear tiene una parte de elegir y combinar, todos lo hacemos de manera diferente, según desde dónde se sitúa cada uno. La capacidad de ver cosas que otros no ven, o combinar patrones de manera diferente es la forma en que tenemos de ejercer la creatividad.

Industrializar la Creatividad

La visión de la creatividad en las empresas puede ser limitada y capitalizada, se convierte en un proceso jerarquizado, sometido a los criterios de productividad, eficiencia y retorno de inversión habituales de cualquier proceso corporativo.

– LTSF

En el mundo empresarial, parece que revivimos el mito de Prometeo. Los empresarios quieren hacerse con la creatividad, y para ello, encierran a los creativos y los condenan a un proceso interminable.

Es interesante hablar del mito de Prometeo, porque tenía un hermano, Epimeteo, esa especie de hermano golfo que representa la imprudencia, la impulsividad y la falta de reflexión. Los dos hermanos se equilibran, uno no funciona sin el otro.

Usamos el concepto de “creatividad” de muchas maneras. En el mundo de la empresa, se ha convertido la creatividad como una posición, un puesto de trabajo, que además puede ser jerarquizado, porque hay creativos junior, senior, directores creativos, etc. Y como algo capitalizado y procedimentado. Esa no es la creatividad del artista.

Sin embargo, el mundo de la empresa muchas veces esconde la creatividad en la intimidad. El modelo de la producción eficiente convierte a las personas en instrumentos, y su función determina si pueden o no ser creativos. En dinámicas con empleados es habitual que ante preguntas como “¿eres creativo?” o “¿en qué lo notas?” el primero en hablar siempre de un mensaje corporativo del estilo “soy muy creativo en encontrar soluciones de alto valor para mis clientes”. Porque es el mensaje que cree que tiene que dar. También hay alguien que dice ser muy creativo en la cama (aunque lo de la cama ya es poco creativo). Este tipo de situaciones se rompen cuando alguien comparte algo de su vida personal-íntima. Por ejemplo, tocar un instrumento musical. A partir de ahí, las personas se quitan su máscara de empleados.

En los grandes grupos multinacionales de marketing, los mejores creativos suelen ser artistas. Las duplas creativas de arte y copy que mejor funcionan suelen estar formadas por artistas, personas que tenían su vida profesional y en su vida personal pintaban, actuaban, escribían… Una dupla creativa está formado por alguien que trabaja la representación y alguien que trabaja el mensaje. Entre ellos “pelotean” y se “contraponen” en el proceso creativo. La parte potente siempre es el mensaje porque es lo que conecta.

La palabra también “emana” de quién la dice. Está claro que la gente que sabe escribir bien tiene ventaja, porque sabe conectar. En cambio, el lenguaje de las empresas está ultraprocesado. Revisado y revisado para que no ofenda, para que sea correcto, para que transmita una imagen. Es un poco irreal.

La forma en la que suele medirse el éxito en el mundo empresarial tiene que ver con reducir y con optimizar, cuando al final llegamos a la paradoja de que algo es elevante sólo porque es nuevo. Lo nuevo como valioso solo porque ser nuevo.

De todas maneras, parece que al final queda una visión un poco negativa del ciclo de la creatividad en las empresas. Es normal, tienen que usar unos medios y unos recursos económicos que optimizar y eficientar. Las empresas crean con intención y con propósito, aunque se mida en términos de mercado. ¿Cómo se mide el propósito de los artistas?

Arte y Belleza

Un proceso creativo tiene una parte de ritual, que permite al artista transmutar los materiales. El tiempo que se dedica impregna la obra consagrada, y eso está al alcance de quién lo recibe. Las cosas creadas a mano conservan el halo de quién las creó. El arte es una forma de hacer, y no una cosa que se hace.

– LTSF

Con qué intención trabaja un artista es lo de menos, por eso es arte.

Lo bello es un “concepto”. Ahora tenemos un modelo de belleza que es distinto del que teníamos en el pasado. La estética es una disciplina que reflexiona sobre la belleza.

¿Cómo surge la belleza? Los conceptos son culturales, y responden al contexto en el que se producen. El arte antes del Renacimiento era teológico. No se pensaba representar nada que no fueran retratos o escenas religiosas. Luego a partir del Renacimiento se representan otras cosas. Estas revoluciones culturales redefinen los conceptos de arte y belleza. ¿Cómo va a hacer una revolución la IA? Si precisamente se han entrenado para ser homogéneas y normativas. Tienes que indicar tú en tus promts si quieres que los resultados sean diversos.  Como en este anuncio en el que alguien usó Midjourney para generar modelos de joyería que expusieran sus piezas.

La materia, lo plástico, te da barreras y te da posibilidades que nunca te darán un teclado o una pantalla. Por ejemplo, el pan de oro, un material que ya se usaba en el antiguo Egipto. Puedes pasarte meses trabajando en la misma pieza. El material tiene un ritual creativo que no te puede dar la IA. El material ofrece al artista la capacidad de transmutar, y conseguir la trascendencia. Un texto bordado o escrito a mano siempre va a ser imperfecto, diferente de un texto impreso por mucho que se haya diseñado. Tendrá imperfecciones, tendrá asimetrías. En esos detalles, en lo asimétrico y lo imperfecto, es donde hay un mensaje. Y en ese proceso creativo hay una consagración, un tiempo que se ha invertido, hay parte de ti que se traspasa a la creación a través de tus manos y tu dedicación.

De “Crear” a “criar”. Tiene ese sentido de acompañamiento en el tiempo, de dedicación.

El hecho de tomar notas a mano es otro ejemplo. Un bloc de notas. Escribes con las manos y según escribes piensas, y según piensas escribes. Hay un ritual. También hay algo valioso en las notas escritas en una libreta. Puedes revisar las cosas que has creado, lo que has escrito, reformularlas y luego reinterpretarlas, y puede que les des un sentido diferente al que inicialmente tenía.

Las cosas creadas a mano tienen halo porque han sido emanadas y conservan algo de quién las creó. Le da el valor de lo original y lo artesano.

El libro “El arte es una forma de hacer (y no una cosa que se hace)”, de Luis Camnitzer y María Acaso, lanza el statement del arte como forma de habitar, como forma de hacer contraria, improductiva, divergente…

Coraje para Crear

Crear requiere coraje, para salir del repertorio, enfrentarte a lo desconocido y superar el miedo a que nos juzguen. En el mundo empresarial, crear puede significar desafiar las normas y poner en riesgo tu carrera. En una sociedad obsesionada con la productividad, hay coraje en invertir tiempo y esfuerzo en algo que puede que no termine, que no tenga un propósito evidente o que no sirva para nada.

– LTSF

En estética hablamos de lo repertorial. Cada uno somos el repertorio en el que nos manejamos. Existe una creatividad en salir de tu repertorio, y al hacerlo te pones en riesgo.

A lo largo de la historia se han recogido muchos ejemplos de situaciones o escenas que no debían representarse. Dependen de cada época. Se ha llegado a considerar impropio representar las relaciones de un señor con sus criados, por ejemplo. Ahí está también la visión estética de Hegel.

Cuando hablamos de las “condiciones” para que ocurra la creatividad, hemos comentado la idea de la intencionalidad, y ahí aparece una barrera entre lo que nos imaginamos hacer y lo que nos atrevemos a hacer.

¿Cómo superar la barrera del miedo? A las IAG les meten muchos filtros para que podamos aceptar los resultados que generan. Para un humano, crear es un acto de coraje.

Es indudable que crear te expone a que otros valoren o entiendan lo que has creado.

Hay un coraje al salir de tu repertorio, porque te enfrentas a algo nuevo.

En el mundo de la empresa, ese coraje tiene que ver con el miedo a las consecuencias en tu puesto de trabajo, en tu carrera profesional. Por ejemplo, según el contexto, puede haber un riesgo en usar la imagen de Jano Bifronte en una presentación para clientes. Puede ser visto como transgresor, ¿qué pinta una imagen de un dios romano en una presentación corporativa? Pero esa imagen abre una narrativa sobre mirar hacia atrás para avanzar y todo el simbolismo que lo rodea, y a través del coraje y la creatividad llegas a las personas. Teniendo claro un propósito, puedes sentirte protegido aunque corras un riesgo creativo.

El coraje del artista es la clase de valentía relacionada con correr el riesgo de hacer algo que no sirva para nada. En la sociedad en la que vivimos, donde todo se mide con la productividad y la eficiencia, el coraje viene de invertir tiempo y esfuerzo en algo que puede que tal vez no termines, y que si lo terminas, puede que no “sirva para nada”. Es algo que te saca del ciclo de producir-consumir. Como en el poema de Goytisolo, “No sirves para nada”.

«Cuando yo era pequeño
estaba siempre triste
y mi padre decía
mirándome y moviendo
la cabeza: hijo mío
no sirves para nada (…)»

El miedo a la IA que crea

La tecnología siempre tiene impacto en la sociedad, y por tanto en el empleo. El miedo a que algo externo o interno te quite tu trabajo es universal, y no depende sólo de la tecnología. En esta oleada en la que la IA impacta en la cultura, tenemos que plantear una relación con la tecnología a través de la educación en valores y pensamiento crítico.

– LTSF

Que la IA ha puesto en peligro la creatividad es un concepto que siempre ha existido. En la Universidad Complutense hicieron el primer Photoshop en los años 70 en un proyecto pionero entre el Centro de Cálculo e IBM en torno a la creación de arte plástico. Siempre hay un trasfondo de que la tecnología va a permitir que la gente deje de hacer “empleos de mierda” donde no aportan nada, lo que pasa es que no les llevamos a nuevos empleos. Eso ya es problema de otro. La tecnología simplemente los quita y te dice “que te jodan”.

El miedo a perder el trabajo es universal. Lo hemos visto en España. Hace 30 años, los sofás se arreglaban, venía el tapicero y se mantenía su vida útil. Ese trabajo no lo ha destruído la tecnología, lo ha destruído la cultura IKEA de pensar que si un sofá está mal, lo tiro y lo cambio por otro. No es la tecnología, es el concepto de producir, comprar y tirar, y vuelta a empezar.

Alrededor de la IA hay un fenómeno que recuerda a las heurísticas negativas y positivas de los programas de investigación de Lakatos. Siempre hay cosas negativas que parecen inamovibles “desde dentro”, pero que pueden convertirse en oportunidades positivas haciendo cambios, proponiendo, creando.

Hay un hueco, una posibilidad, de cambiar nuestra relación con la tecnología a través de la formación y la educación. Por ejemplo, parece una contradicción estar en una biblioteca rodeados de libros, hablando de que ya no hace falta leer libros.

A veces nos generan rechazo los consultores de las Big Four, y los gurús de la innovación con sus mensajes naïf de que todo está bien, que todo es guay, que hay que adaptarse, que hay que ser resiliente, etc. Hay que volver a dar importancia a las palabras, a la educación, y a buscar que las personas sean cultas.

Hoy en día hay directores de colegios e institutos que no saben qué hacer con sus bibliotecas. Porque hay gurús de la innovación diciendo a los niños que todos esos libros no sirven para nada, que sólo eran materiales muertos que nadie iba a consultar. Todo el tiempo que se requería para leerlo estaba al alcance de cualquiera en segundos gracias a la IA. Claro, lo que pasa es que todos esos libros, esos relatos, los han escrito personas. Y los tienen que leer personas. La clave no es el tiempo que se tarde en leerlos, es ser capaz de elegirlos y entenderlos.

Parece un poco lo que pasaba con los discos de vinilo, cuando las mejores canciones estaban en la cara B, esa a la que había que “dar la vuelta”. Ese “dar la vuelta” hoy en día parece que está relacionado con incluir en la sociedad la compasión y la empatía. A volver a meter cariño en lo que se hace, en la vuelta al craft artesano frente a la eficiencia.

¿Cómo vamos a conseguir meter empatía en la máquina? Hace poco hemos leído sobre esa simulación de un arma guiada que para cumplir su objetivo, neutralizó a los operadores que interferían en la misma. Aunque luego esa noticia se rectificó fue relevante porque nos resultaba verosímil.

Crear junto a la IA

La tecnología puede complementarnos y ampliar nuestras capacidades creativas. La colaboración humano-máquina nos permite explorar nuevas posibilidades creativas y superar el miedo a la página en blanco. Eso sí, dodebemos ser conscientes de los sesgos y filtros de la IA, para que no los hagamos nuestros.

– LTSF

Hemos hablado mucho de máquinas y de algoritmos. Nos acabamos obsesionando con la tecnología y sus amenazas, cuando tal vez lo que deberíamos hacer es entender la tecnología como algo que nos complementa y aumenta nuestras capacidades. Hay que hacer un cambio de chip. Parece que estamos todo el día recreándonos en los problemas, en lugar de hacerlo en las oportunidades. ¿Cómo puede la tecnología ayudarnos a hacer cosas más bellas?

¿Y si la tecnología es algo que nos aumenta? Que nos da más habilidades. Que nos puede ayudar o que nos permite entendernos. Que nos haga aprender. ¿Nos sustituyen o nos amplían? Es cuestión del punto de vista.

¿Podría ser la IA más creativa si provocamos el error? No las “alucinaciones”, sino el error, ¿cómo incentivamos que se equivoque?

Deberíamos usar la IA precisamente para que nos sea más fácil hacer intervenciones culturales. La imagen viral del Papa Francisco con un plumífero de Balenciaga tiene una intención, una persona con un propósito ha usado Midjourney para generar esa imagen y generar un debate. Eso Midjourney por sí mismo no puede hacerlo. Se representa al Papa como una celebrity vistiendo un abrigo de lujo porque hay una voluntad detrás.

Ahora estamos en un momento marcado por la colaboración humano-máquina además de la habitual colaboración humano-humano. Con la IA es una colaboración de tipo mecánico a partir de la intención del agente. Pero esto no es nuevo. Hace 8 años una persona podía usar la IA para generar miles de posibles movimientos y variaciones para una coreografía. No hacía la coreografía, pero daba opciones a la coreográfa, que con ellas podía explorar nuevos movimientos. Ese es un buen ejemplo de colaboración, que retoma la idea de la capacidad de la IA de producir, para que luego una persona pueda crear.

Hay que buscar el equilibrio entre la abundancia y la carencia de opciones.

Una reflexión que resulta interesante es que el lugar donde somos más sinceros es delante de un navegador. Más todavía en pestañas privadas. Lo mismo ocurrirá delante de ChatGPT o equivalente. Nos mostramos como somos a partir de las intenciones que les digamos.

En ese sentido, la IA es una suerte porque acaba con el síndrome del lienzo en blanco. La IA te ayuda a crear, y con la respuesta que te devuelve, te “promtea” a ti para que hagas el siguiente comando. Es una forma de estimularte que hace que dejes de tener el pánico de no saber cómo empezar. Por tanto hay una relación generativa bidireccional. Es como un fenómeno de inspiración artificial.

Habría que entender cuál es el origen de esas respuestas, de dónde salen y por qué. Sobre la idea de la IA como algo que nos ayuda a afrontar el lienzo en blanco, es verdad que puede ser útil que nos ofrezca ideas o puntos de partida, pero ¿cómo podemos ser conscientes de sus sesgos, tendencias y filtros?

Se dice siempre que una imagen vale más que mil palabras, pero tal vez eso no sea cierto. La batalla del interfaz parece que no la ha ganado la imagen ni la voz, sino que la ha ganado el texto. Aunque en realidad son lo mismo… si aprendes a escribir sabes leer y viceversa. Pero quién lo iba a decir… con tanto interfaz loco que se ha vivido, cuando lo anti intuitivo daba valor a quién lo sabía hacer, frente a la homogeneización UX que vivimos ahora, que de espontaneidad nada.

 

Muchas gracias a Jordi Claramonte, Luisa Ordoñez, Luis Villa, David Criado, José Ramón, Silvia, José Luis, Olga, Amalia, Raquel, Pedro, Virginia, Alberto, José Manuel, Juan Andrés, Antonio, Consuelo, Octavio y Pedro por venir a compartir.

En Madrid, a 15 de junio de 2023.

La imagen de la «Fragmentary Colossal Head of A Youth» es de José Antonio Gallego en Unspash. Ha sido complementada con Dall-e.

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